sábado, 8 de enero de 2011

No smoking Ono (Bicho) Band

Fumando un cigarro. Así me encontré esta mañana, no sabía cómo ocurrían ciertas paradojas de la vida. Así te ví. Así te miré, observé, detalladamente, esa trompa extraña, ese cuello de pavo, esos ojos de gorila, siendo (aún) un orangután. Me extrañaste (me pareciste extraño). Sí. Jugaba el mono avec le chien, jugaban a correr, a saltar, a coger. Pero no hacían nada. Volaban en esa nada infinita a la que llamamos espacio. ¿Volaban? No, flotaban. Ahí 'tá. Recorrían con y por su fuerza venas intergalácticas, arterias de plomo y acero, conexiones interplanetarias hechas con avena (Venas de Avena y más). Un koala sobrevoló tu cerebro. Era uno chiquito, millonésimamente chiquito, pequeño, se medía en nanómetros. Y sobrevolaba tu cerebro todavía. Golpeaba la corteza, y no podía penetrarla. Salía fuego de sus pieses, like turbopropulsores, pero no conseguía nada, nada. Inmunemente peludo, inmensamente orgulloso, fue hasta el interior (precisamente de la cabeza) de Guido Süller. Allí encontró lo que nadie creía: "¡Oh, un gran cerebro!", se expresó. Y ahí peló su cornamenta, que todavía no había emergido por primera vez. El impacto fue duro, pero atroz. No quedó nada. Ni cerebro ni animal. Ni hombre ni bestia. Ni bestia ni ínfimo ser. Cuando reapareció en el aire de Venus, lo encarcelaron en la prisión atómica, rodeado de panqueques vigilantes con guadañas (recomiendo temerles), y así terminó esta historia.

3 comentarios:

  1. tus cuentos son como esos cuadros que estan totalmente en blanco y tienen un manchon rojo en el medio y seba es esos snob que dicen "ohh... esto es arte"
    jajajaja
    igual la deliras bien tiene bastante onda

    ResponderEliminar
  2. exacto alex, asi. si, igual estoy reduciendo la calidad cosmica de mis relatos.

    ResponderEliminar

hablá, expresate (o te busco).dale no temas